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BRÁCANA Y LA PRESA

En esta ruta encontraremos encontrar tarajes centenarios, fresnos, álamos y olmos, en un piso mesomediterráneo y sobre unos suelos yesíferos, así como una rica y variada fauna, entre la que cabe destacar las tres especies de pájaros carpinteros de la provincia, las aves acuáticas como ánades, garzas reales, chorlitejos o cormoranes, además de mamíferos ligados a los medios acuáticos, como tejones, garduñas o lirones, mientras que junto a las vegas del Genil se puede observar al chotacabras pardo, al alcaraván y al avefría.

Algunos de los meandros del río Genil, a su paso por el municipio (en este caso por Brácana), conforman paisajes singulares y, posiblemente, los bosques de ribera mejor conservados en la provincia de Granada.

En estos bosques se pueden encontrar tarajes centenarios, fresnos, álamos y olmos, en un piso mesomediterráneo y sobre unos suelos yesíferos que los hacen más singulares si cabe. En ellos se conserva una rica y variada fauna, entre la que cabe destacar las tres especies de pícidos (pájaros carpinteros) de la provincia, las aves acuáticas como ánades, garzas reales, chorlitejos o cormoranes, así como mamíferos ligados a los medios acuáticos, como tejones, garduñas o lirones, mientras que junto a las vegas del Genil se puede observar al chotacabras pardo, al alcaraván y al avefría. Pero en este paraje destaca también la presa, con sus canales y sus aljibes.

Este recorrido, por su tranquilidad y por adentrarse dentro de un perfil llano, es de los más placenteros de la zona. La época más recomendada para realizar la ruta es el otoño, ya que los brillantes colores del bosque nos sumergen en el recorrido.

Partiendo de Brácana, tomaremos el primer camino a la derecha en dirección a la autovía. Caminaremos un par de kilómetros, atravesando la vega del Hoyo de Juan Serrano, y dejaremos a nuestra derecha una loma donde se encuentra la torre de la Encantada, antigua atalaya nazarí. Seguiremos el camino en dirección al cortijo Turilla, junto al que veremos unas balsas de riego en el lado izquierdo del camino. Una vez rebasado el cortijo, atravesaremos el arroyo de Tocón y continuaremos junto al río en dirección al cerro Colorado. Aquí observaremos un transformador eléctrico donde se inicia una nueva ruta señalizada por el tramo de Villanueva. En este punto podremos observar la presa con sus canales, aljibes y toda la placidez que encierra el entorno. Tras disfrutar del espectáculo, emprenderemos la vuelta, volviendo sobre nuestros pasos. Seguro que no quedamos indiferentes.

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CAMINO DEL ROMERO

Esta ruta discurre por un paisaje que combina el terreno agrícola con zonas de monte donde abundan los bosques y pastos esclerófilos. En la zona destacan varias caleras abandonadas y ruinas de épocas romanas, y la famosa Chaparra del Romero, una encina centenaria.

 

Partiremos desde un cruce de caminos situado a la salida de Íllora, en dirección a Puerto Lope (a cien metros del edificio de falsa ágata) y tomaremos el ramal izquierdo, atravesando un paisaje con granjas y olivos por un camino que va ganando altura zigzagueando hasta llegar a la Chaparra del Romero, probablemente una de las encinas más viejas de toda España. Desde su poblada base se puede obtener una amplia panorámica de toda la Vega de Granada.

Continuaremos el camino en dirección al cortijo de la Laguna, internándonos en un terreno donde abunda el romero, la lavanda y otros matorrales mediterráneos. Esta zona es muy propicia para el espárrago silvestre (asparagus acutifolius), un manjar silvestre muy buscado. Al alcanzar el punto más alto del camino, veremos a nuestra derecha una edificación cercada (un campo de tiro). El camino desciende, y a unos cien metros nos desviaremos por un camino inferior que nos llevará al cortijo de Paredes. Tras dejarlo atrás tomaremos el camino que sube hasta la torre de la Cuesta (963 m), una torre vigía de la antigua red defensiva nazarí.

El camino inicia aquí un descenso hasta llegar al estanque de la Villa, donde todavía quedan restos romanos. Medio kilómetro más adelante, nos desviaremos por un camino menor que sale a la derecha e iremos ganando altura por un paisaje de monte mediterráneo y formaciones kársticas hasta llegar a un amplio cortijo, hoy en día deshabitado (cortijo del Moral). Desde este punto, el camino comienza un pequeño descenso hasta llegar a la fuente del Moral (fuente centenaria hoy algo descuidada). Al dejar atrás la fuente, observaremos a nuestra derecha un enorme pino en una mancha de monte que nos indicará que vamos bien encaminados. Seguiremos hasta conectar con el camino inicial que nos llevará de nuevo al principio de la ruta.